•Cada vez más son los casos de comunicadores afectados por injurias y calumnias.
•Ética profesional, debe permanecer en la conciencia de los comunicadores.
En Costa Rica y en los países de Latinoamérica, son cada vez más numerosas las querellas criminales que se presentan en los Tribunales por presuntos delitos de injurias y calumnias, afectando a personas del ámbito público.
El termino injuria se puede definir como "la acción o expresión que afectan la dignidad de otra persona, tratando de lesionar su fama o atentando contra su propia estimación". Mientras que una la calumnia consiste en la imputación falsa a una persona de la comisión de un hecho que la ley califique como delito, a sabiendas de que éste no existe o de que el imputado no es el que lo cometió.
Los más afectados por este tema son los medios de comunicación, quien a su vez son los que fiscalizan el interés público.
La importancia de los medios no se reduce a su cobertura; su influencia ha crecido en la medida que las instituciones aumentan el interés por los asuntos públicos.
Ni los diputados, ni los partidos políticos, ni los órganos contralores oficiales, ni las instituciones públicas cumplen sus deberes respecto a una ciudadanía que busca infructuosamente hacerse oír por los sectores de poder y que ante la dificultad acuden a los periodistas para "mediar" el mensaje. Eso otorga a los medios una responsabilidad que va más allá de su función informativa.
La población acude a ellos porque no encuentra otros mecanismos creíbles para enterarse de qué pasa con la administración pública, porque no hay otra plataforma en la que se identifiquen problemas y se formulen propuestas, o bien no visualiza otros espacios para precisar quiénes son sus aliados o adversarios estratégicos, además no cuenta con otros recursos para hacerse escuchar.
El Internet, es el medio más utilizado, por los ciudadanos, normalmente por mensajes contenidos en foros de discusión.
Existe una relación entre los grupos de poder y los medios, esos grupos saben que una sociedad informada, puede controlarse a través de los medios de comunicación, que el poder ya no se busca como antes, con violencia física o persiguiendo a la gente, sino, sencillamente, a través de los medios de comunicación.
Muchos medios o encargados de Comunicación se a aprovechan del poder que tiene sobre manipular la opinión pública, sin interesarles que pueden afectar la imagen o dignidad humana.
Precisamente la ética periodística parte de la conciencia, de principios morales firmes y que de alguna manera gobiernan el quehacer profesional, y que dictan al periodista lo que es bueno y lo que es malo, tanto en el proceso de recolección de la información, como en el de elaboración del producto final que llegará a los usuarios de los medios masivos de comunicación. De la ética dependerá si el periodista es un mercenario o un profesional.
Al aceptar la conducta moral como obligación, los periodistas y propietarios de medios de comunicación social contraen una responsabilidad consigo mismos y sobre todo, con la sociedad
Los comunicadores deben tomar conciencia si sus actos perjudican a las personas , en publico y de forma expresiva, reconocer su falta y pedir perdón.
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